Blog Tintas Naturales (29 ABRIL)
Max, estudiante de Biología de la FCN, nos habla sobre su participación en la fiesta de los anfibios.
Se llaman Ryu, Dhalia, Agnis, Dot y Henkeli. Y desde hace tiempo viven con Max. Los alimenta y procura su bienestar. Pero, sobre todo, Max sabe que debe ser muy cuidadoso al interactuar con ellos, pues Ryu y Dhalia son serpientes, Agnis y Dot son geckos y Henkeli es un basilisco: apenas cinco de los 20 integrantes de su colección de 16 especies distintas que incluye, además, ranas y un varano.
Pero Max también es músico (toca la guitarra, la batería y el bajo), actor de teatro y estudiante del cuarto semestre de Biología en nuestra Facultad. Al lado de algunos de sus compañeros de la Licenciatura, acaba de estrenar la obra “Un tesoro anfibio”, que él mismo escribió y dirigió para el I Festival de los Anfibios de Querétaro.
En este primer Ranafest, creado para fomentar el cuidado y la conservación de los anfibios, participaron estudiantes de Biología, docentes e integrantes del Cuerpo Académico de Ecología y Diversidad Faunística UAQ. La sede fue el Museo de la Ciudad. Durante dos días (27 y 28 de abril) se ofrecieron, además, talleres, charlas, juegos, identificación de anfibios y pinta caritas.
Fue ahí, en el museo, donde conversamos con Max Azael Pérez Luna, quien nos habló del amor y de la admiración que siente por reptiles y anfibios, de su gusto por el teatro, de sus deseos de seguir tocando música y de lo feliz que lo hace estudiar Biología:
—Porque la biología es un mundo muy amplio —dice—. Yo entré a la carrera para aprender más sobre serpientes y otros reptiles, pero me he dado cuenta de que las posibilidades son muchísimas: basta con pensar en el inmenso mundo de los microorganismos. Por si fuera poco, mi formación de actor me permite comunicar mensajes positivos a la gente a través proyectos de divulgación como la obra “Un tesoro anfibio” —concluye Max.