El Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores de nuestro país cuenta con más de 40 mil integrantes. Lector, lectora, ¿conoce el tema o la línea de investigación de al menos una decena de los trabajos que producen? ¿Sabe de qué manera las investigaciones que realizan y que cuentan, todas ellas, con apoyo del Estado mexicano, mejoran su vida? Difícil, ¿verdad? Pues bien: esta sección mostrará un poco del abundante conocimiento que generan no sólo miembros del SNII, sino también aquel que desarrollan estudiantes, docentes y técnicos de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ y de otras universidades e instituciones académicas de carácter público en México.
Por Juan José Flores Nava, Junio de 2025
FCN-UAQ
La ciencia goza de un envidiable prestigio en nuestra sociedad. Más del 80 por ciento de las personas en México dicen estar interesadas en el desarrollo científico y tecnológico. Y la profesión de “investigador científico” está entre las más respetables. En una escala de valores del 0 al 10, casi el 35 por ciento de la población mayor de 18 años le otorgó a esta actividad el valor máximo, colocándola incluso por encima de la de “médico” (25.9 por ciento) y debajo de la de bombero (59.5 por ciento). ¡La de inventor tuvo un porcentaje de casi 50 por ciento!
Los datos anteriores provienen de la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología del INEGI (2017). Lamentablemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) suspendió desde hace tiempo la realización de esta encuesta. Pero agreguemos un poquito más de números: según la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (que desde finales de 2024 sustituyó al Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías), nuestro país cuenta con más de 40 mil miembros del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) en sus distintas categorías. Una cifra que para muchos sigue resultando pobre, pues, como indica la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, por cada mil personas con empleo en México, sólo 1.24 se dedican a la ciencia. En países como Corea del Sur, por ejemplo, hay más de 16 investigadores por cada mil personas empleadas.
Sirvan los datos anteriores como preámbulo para plantear unas preguntas. ¿Conoce usted, estimado lector, estimada lectora, aunque sea por encimita, alguno de los temas o líneas de investigación de los más de 40 mil científicos y científicas que reciben apoyo por parte el Estado mexicano a través del SNII? ¿Qué tal si a esta cantidad le sumamos a las personas (técnicos, docentes, estudiantes de licenciatura o posgrado) que, sin ser parte del SNII, hacen investigación científica en universidades e instituciones públicas de educación superior? ¿Podría, ahora sí, mencionar de qué van algunos de esos trabajos o de qué manera mejoran su vida o qué tipo de bienestar le trae ese conocimiento? Difícil, ¿verdad?
Pues bien, “La Impaciencia Temporal”, que es como se llama esta sección, intentará, cada vez que aparezca, sacar de los claustros académicos, de las paredes de los laboratorio, de las páginas de las publicaciones y de los foros institucionales al menos un poquito, muy poquito, de ese abundante conocimiento que generan no sólo nuestros investigadores e investigadoras del SNII, sino también aquel que desarrollan estudiantes, docentes y técnicos en universidades e instituciones públicas de investigación, en especial, claro, aunque no únicamente, de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ. Sin más preámbulo ―y con su venia― comenzamos.
Texto publicado originalmente el 26 de junio de 2023 en la edición impresa del diario Noticias de Querétaro. Actualizado el 13 de junio de 2025.